Tras la detención de la Orden del Temple en Francia al dar la orden el Rey de Francia, los templarios de Hyspania han enviado una delegación guiada por Gregorio de Argüelles, Maestre del Temple en los territorios y castillos hyspanos, especialmente los localizados al sur de las tierras del Condado de Olivares. Esta delegación llega a Toledo con intención de pedirle al Rey que garantice la alianza que su tatarabuelo Pedro III "El Listo" que, para finalizar la Guerra de los Arados, no solo declaró a la Casa de Olivares independientes sino que entregó las tierras del sur al temple para actuar como frontera.
Sin embargo, por mucho que los templarios solicitan que el Rey garantice su seguridad y el mantenimiento de sus tierras, el monarca de momento solo les da principalmente largas, esperando a ver los movimientos de la Inquisición y del Papado. Asesorado por el Duque de Medinaceli, el rey aprovecha los numerosos conflictos que requieren su atención por todo el reino para no pronunciarse de momento ni a favor ni en contra de la Orden del Temple, cuya delegación permanece en Toledo para continuar negociando y para buscar aliados que los apoyen.
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