domingo, 21 de octubre de 2012

Historia Resumida: Olivares

La Casa Olivares fue creada en el año 964, como una Casa Condal sobre los elementos previos de una Casa de Marquesado, bajo vasallaje de la Casa Cruilles. Pese a que era la línea principal del frente entre sus señores y los musulmanes en la lucha de la Reconquista, la familia Olivares pronto demostró que sus intereses no radicaban precisamente en la guerra.

Por el contrario, aunque luchaban con pasión y cierta habilidad, no eran los fieros guerreros necesarios para extender las tierras del Ducado al que pertenecían, necesitando a menudo apoyo de sus hermanos del norte. Sí que destacaban, por el contrario, en todas las labores de logística y apoyo que los ejércitos necesitan, permitiendo que las tropas que pasaban por sus tierras lo hicieran rápidamente y bien abastecidas.

Todo hubiera continuado así hasta que los conflictos con la Casa Alba comenzaron. Comenzaron como pequeñas escaramuzas, pero la Casa de Alba finalmente incrementó su apuesta y lanzó una guerra ducal en toda regla ante la pasividad del Rey. Así comenzó la Guerra de los Arados, que devastó el Condado durante treinta años.

Sin embargo, el ascenso de la Casa Medinaceli a la Corona sería lo que cambiase la situación para siempre, imponiéndole a la Casa Olivares una independencia con respecto a sus señores de la Casa Cruilles. Los convertía así en un territorio intermedio entre ambas Casas, limitando sus posibles conflictos y, con ello, intentando imponer una paz en el Reino. Los Templarios recibieron tierras en el Sur por invitación del Conde de Olivares y del Rey, a cambio de su juramento de evitar futuros conflictos y garantizar la seguridad de la Casa Condal en caso de que ellos llegasen. 

Pese al temor a la posible invasión por norte y sur, los Olivares se encuentran cómodos con este arreglo. Ahora tienen tiempo para dedicarse a tareas más pacíficas, como la producción de alimentos, y la caza, que son mucho más de su agrado, y permanecen así fuera de los conflictos de las Casas Ducales y sus políticas. Sin embargo, la falta de un Duque que los proteja directamente al carecer de vasallaje puede ser tan peligroso como ventajoso.

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