domingo, 26 de agosto de 2012

Fusión y División de Casas

A lo largo de la historia de Hyspania, desde los tiempos de los godos en que se comenzó a establecer el sistema feudal, las Casas no han permanecido estables. Por muy diversos medios, se han ido fusionando unas con otras, o se han ido escindiendo en más de una. Y esto es una parte importante de la política del Reino.

A la hora de que se produzcan fusiones, lo que surge de dos Casas que se unen es una única Casa con el apellido compuesto. Así, por ejemplo, existe la Casa Ortiga-Guillén, con el primer apellido correspondiendo normalmente a la más importante de las dos Casas originales. A una fusión de Casas se puede llegar de varios modos:

-Por matrimonio: en el caso de que un Señor de una Casa muera sin dejar heredero varón (que hereda siempre por virtud de la Ley Sálica), su Casa pasa a ser absorbida por la Casa del marido de su hija mayor.

-Por herencia: a la muerte de un Señor, este puede específicamente haber indicado que parte o toda su Casa pase a formar parte de otra, cosa que la otra Casa debe aceptar. Esto raramente ocurre, pues normalmente los herederos del fallecido se niegan a aceptar la disolución de su Casa.

-Por vasallaje: en caso de que una Casa jure vasallaje a una Casa de su mismo nivel (por ejemplo, un Marquesado a otro) y este sea aceptado, la casa original pierde su Status y se convierte en una Baronía y la Casa pasa a estar completamente al control de los nuevos señores. En este caso no se produce la fusión de apellidos.

-Por conquista: en la guerra raramente se luchan batallas totales que lleven a la aniquilación de Casas. Pero en ocasiones ocurre. Cuando una Casa es completamente destrozada en la guerra, el castillo tomado y sus miembros importantes muertos o expulsados, la Casa conquistadora puede decidir tomar las tierras y posesiones de la Casa derrotada. Esto puede ser complicado en caso de que los superiores no estén dispuestos o la Iglesia no lo vea bien, lo cual lleva a una política complicada a la hora de poder asimilar Casas por este medio.

En la otra cara de la moneda, puede ocurrir lo opuesto. Por diversos avatares, una Casa puede verse dividida en dos o más. Para llegarse a esta situación es necesario que se de una de las siguientes posibilidades:

-Por herencia: en caso de que el Señor que fallece decida que su Casa debe ser dividida entre más de un hijo, concediéndole a cada uno parte de la misma.

-Por extensión: la más habitual, se da cuando una Casa simplemente ha crecido demasiado para ser gobernable, de modo que deja de ser viable su funcionamiento unitario. En este caso, lo que suele hacerse es crear una Casa nueva que jure vasallaje a la original y pase a controlar parte de las tierras. Así es como surgieron la Casa de Alba y la Casa de Medinaceli, por ejemplo. Generalmente, las únicos que hacen esto son las casas Ducales o Condales.

-Por división interna: en ocasiones, puede ocurrir que una parte de la Casa se niegue a jurar vasallaje a la otra parte y se alcen en armas. Es el caso de la Casa de Medina-Sidonia, por ejemplo. Normalmente, en estos casos, una de las partes derrota a la otra y la asimila de vuelta. Sin embargo, puede ocurrir que sean incapaces de hacerlo por una causa u otra, de modo que en su lugar surgen dos Casas diferentes. Lo más habitual es que esto ocurra en caso de que los superiores intervengan, y supone la creación de un casus belli para ambas partes desde entonces hasta el final de los tiempos.

Por todos estos mecanismos, las Casas son como seres vivientes, que crecen y cambian con el tiempo.

Aquí podéis consultar las reglas a aplicar en estas situaciones.

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