viernes, 2 de junio de 2017

Evento: 5 de abril de 1294

Aviso: este post es un post sobre eventos del mundo, se recomienda que no sea leído si se planea jugar en Hyspania en lugar de dirigirlo.

Las tropas Alarcón que asedian Zaragoza finalmente se encuentran listas para lanzarse al asalto. Cuentan con más del triple de hombres que los defensores, al juntarse todas las Casas del Condado de Pamplona frente a las Casas de Jordán de Urriés, Castelldragó y Bordell. A primera hora de la mañana Sandro de la Vega y los miembros del Condado de Pamplona se acercan para ofrecer unos términos bastante generosos para la rendición de la ciudad, pero el orgullo del Conde y las palabras valientes de Llun de Castelldragó llevan al conflicto.

A lo largo de la mañana, decenas de hombres mueren en la toma de las murallas, a medida que las tropas de un lado y de otro chocan por esas posiciones. El ariete de los atacantes no llega a la muralla al ser detenido por un inesperado foso de brea que se incendia, pero las tropas defensoras no tienen suficiente número para defender toda la extensión de la muralla y entre los atacantes que suben y un distrito de la ciudad que no se puede defender, los atacantes finalmente abren brecha y toman la ciudad, que los defensores hacen arder en su huida hacia el castillo interior. En su cobardía, el Conde Marcelino Jordán de Urriés se niega a abrir las puertas a las tropas que van llegando, por temor a que se cuelen sus enemigos, de modo que lo que quedaba del ejército de Zaragoza es finalmente aplastado en las calles, entre las llamas. Eso si, sus vidas son vendidas caras, de modo que para cuando la batalla ha terminado, algo más de la mitad de los atacantes se encuentran muertos o heridos de gravedad.

Cuando Sandro de la Vega pone bajo asedio el castillo interior de la ciudad, esa misma tarde, Marcelino Jordán de Urriés se niega a rendirlo aunque solo quedan él y el médico para defenderlo junto a las mujeres y los niños que se habían refugiado en su interior. Tras intentar convencerlo en vano, ven como la dama Llun de Castelldragó comienza a abrir los portones desde dentro, permitiendo que entren las tropas y evitando así una masacre. Ante el hecho innegable de que su castillo ancestral ha caído, Marcelino salta de las murallas y con él muere el último miembro de la Casa Jordán de Urriés. Los Alarcón apresan a los miembros restantes de la Casa Castelldragó pero, honrando sus antiguas alianzas, permiten a los Bordell marchar junto al ejército Cruilles para negociar la entrega de los rehenes como manda el hábito. 

Aunque los Alarcón se alzan con la victoria en Zaragoza y la ciudad cambia de manos, el norte del Condado permanece dividido. Las tropas de la Casa Fadrique se han apropiado del castillo de los Castelldragó, cerrando la vía al norte hacia el Condado de Huesca para las tropas Alarcón, incapaces de tomar el pequeño castillo con rapidez después de las bajas sufridas en la toma de la ciudad. De modo que se quedan saqueando y asegurando Zaragoza, donde ya ondea la bandera Alarcón.


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