miércoles, 7 de junio de 2017

Evento: 19 de abril de 1294

Aviso: este post es un post sobre eventos del mundo, se recomienda que no sea leído si se planea jugar en Hyspania en lugar de dirigirlo.

Finalmente, los ejércitos Cruilles y Alarcón se encuentran listos para la batalla. Las infanterías se despliegan, las caballerías también y los generales acuden al centro con los Señores para discutir los términos de paz. Una paz que no se consigue pues nadie realmente está dispuesto a la misma visto como están las cosas. Los generales se retiran y se dan las órdenes de avance habituales, o eso parece.

Mientras la infantería Alarcón avanza por el centro como se espera, la infantería del centro de los Cruilles se abre dejando espacio a cinco extraños artefactos cuyos atronadores rugidos sacuden la tierra y los cielos. Cinco cañones traídos como artillería mercenaria desde Italia se convierten en el centro de una batalla para la cual los Alarcón no están preparados, machacando a la infantería que se acerca con el peso de sus disparos. Aunque las bajas son numerosas, lo importante es la caída de la moral que hace que finalmente, poco antes del choque de infanterías, las líneas de los Alarcón se rompan y el ejército se de a la huida, camino de Zaragoza. Aunque los Cruilles les persiguen, lo hacen sin arriesgarse demasiado, de modo que la mayoría de las bajas restantes las causan la caballería contra los infantes que más rezagados se quedan.

Aunque no se sabía cuano dignos de confianza serían los cañones, han demostrado ser una baza de un tremendo potencial. 

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