martes, 16 de mayo de 2017

Evento: 1 de abril de 1294

Aviso: este post es un post sobre eventos del mundo, se recomienda que no sea leído si se planea jugar en Hyspania en lugar de dirigirlo.

De modo inesperado, el Cardenal Ildefonso solicita una reunión pública del Concilio Real para presentar asuntos de la mayor urgencia al Rey. Abre dicha sesión presentándole a su Majestad el Casus belli por el cual su hermano, el Duque de Alarcón, tiene derecho a iniciar la guerra contra la Casa de Cruilles. La base se encuentra en un doble intento de asesinato que el Duque de Cruilles, o su primo menor Joan como mínimo, han intentado perpetrar contra el Cardenal: el primero, cuando se encontraba en Huesca camino de la desaparecida Casa Castelldefels, un envenenamiento en una posada de camino de la cual le salvó de milagro Sandro de la Vega; la segunda, tres días antes en Barcelona, cuando los jóvenes Dionisio y Jimena de Vallehermoso fueron encargados de asesinarlo por Joan de Cruilles. Por fortuna, la conciencia de Dionisio le impidió traspasar al Cardenal con su espada, y en cambio confesó toda la conjura contra su vida. 

La Corte estalla en revuelo ante las acusaciones y los distintos miembros del Concilio Real presentan distintas posiciones y opiniones al respecto. Siendo un asunto de una gran importancia, se hace una breve pausa para comer antes de reanudar los debates después de comer. 

Por la tarde los distintos miembros de la Corte Real van dando sus opiniones, la mayoría simplemente queriendo hacerse notar ante el Rey. Hasta que habla el Conde de Salamanca, Guillermo de Feria, que señala que permitir una guerra entre las dos Casas del norte lo que hace es destruir todas las defensas que podría tener Hyspania ante una Francia con la cual los conflictos territoriales son numerosos desde hace tiempo. La Corte se divide ante esto y se producen numerosas intervenciones al respecto, igual que en torno a la justicia de la causa de la guerra o la injusticia de la misma.

Poco antes de que se levante la sesión, el Cardenal Jordi de Cruilles, Confesor Real y miembro del Concilio del Rey, recibe una misiva de una paloma. Tras leerla anuncia a toda la Corte que el Duque de Alarcón no solo había ya convocado levas hace semanas, sino que sus tropas marchan hacia Barcelona desde ayer, de modo que no esperó ni siquiera a que el casus belli fuese presentado ante el Rey. Esto, a sus ojos, demuestra el poco valor que el Duque otorga a la justicia de su causa, además del pésimo respeto que muestra ante su Señor el Rey, y ante toda la Corte reunida solicita públicamente que el Rey retire al Duque de Alarcón el título de Duque de Burgos y todas las tierras y vasallos asociados.

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