jueves, 6 de abril de 2017

Leit Motif: la trama de Hyspania entre bastidores

Aviso: este post es un post sobre eventos del mundo, se recomienda que no sea leído si se planea jugar en Hyspania en lugar de dirigirlo.

Al igual que Juego de Tronos se inspira en la Guerra de las Rosas, especialmente al principio, Hyspania obtiene su centro argumental del proceso histórico que se da entre los reinados de los Reyes Católicos y Felipe II, durante los cuales básicamente se produce la centralización del Reino y la aparición del Estado moderno. Así, es una historia de luchas en torno al poder de la corona sobre la nobleza, y la lucha de la nobleza por conseguir el poder de mantener atada a la corona. Es sin duda una historia de guerra y de conflictos que se solucionan por el acero, pero a menudo es tanto o más importante los entresijos políticos que permiten que los nobles cada vez controlen territorios más grandes, en especial debido a la paz que sigue al final de la Reconquista. 

Hyspania está pensado para jugarse con una de las muchas Casas Marquesales que en Reino hay, de modo que se vean trabados en las luchas de poder y los conflictos desde abajo. Eso implica que, en buena medida, las historias marquesales de Hyspania suelen ser trágicas, debido a que el estamento de la baja nobleza va camino de lentamente irse convirtiendo en un vestigio obsoleto, como se ve en el personaje del hidalgo en el Lazarillo, o en la nobleza espadachina que pueblas las calles de Alatriste; por supuesto, Hyspania se encuentra al comienzo de ese proceso, de modo que la nobleza aun mantiene la soberbia y el orgullo de su estamento, pero el futuro que les depara el paso de los años es incierto y oscuro para muchos... e Hyspania es una historia donde el tiempo y los años juegan un papel importante. 

Pero vayamos por el resumen de los temas y ambientes de cada uno de los libros y periodos en los que se organiza la historia de Hyspania.

Libro I: Baile de sombras (primavera y principios del verano de 1293)
Para quienes quieran jugar la historia completa de Hyspania, este es el punto de partida habitual. El Reino en este momento se encuentra en un momento de tensa espera, donde se tiene la sensación de que algo importante se avecina pero nadie realmente sabe el qué. Las distintas Casas se encuentran en diferentes equilibrios y situaciones, de modo que cada una plantea problemas y debe solucionarlos en la medida en que la convocatoria al Torneo Real de verano vaya extendiéndose por todo el Reino. Así:
-La Casa de Alarcón está en declive desde hace muchos años, abotargada entre la autocomplacencia y la oscuridad del recuerdo de tiempos mejores y más gloriosos. Los lobos la acechan, ansiosos por repartirse su poder y sus tierras, pero realmente la Casa no tiene el poder de defenderse. Además, el Duque y su hijo tienen visiones diferentes acerca de cómo enfrentarse al tiempo, opuestas entre el honor a regañadientes del padre y la ambición del hijo.
-La Casa de Alba se encuentra dividida, fraccionada entre los seguidores y partidarios del Duque y aquellos que lo ven como un mal guerrero, un hombre débil y un mal líder militar y, por tanto, lo rechazan. Además, la frontera sur del Reino se encuentra en un estado frágil debido a que el Condado de Medina-Sidonia se encuentra dividido en un conflicto sucesorio que va a ir escalando con el paso de los meses.
-La Casa de Cruilles es un león herido, tras perder el control de los Condados de Olivares y Musoles en las últimas décadas. Pero sigue siendo una Casa con un líder muy capaz, con grandes riquezas y mayor ambición, de modo que son la fuerza principal a la hora de generar las tensiones que se van a ir sucediendo, luchando por aumentar su poder. 
-La Casa de Jovellanos sigue encerrada en si misma, como ha hecho durante muchos años. Aunque oficialmente está aliada con la Casa de Alarcón por matrimonio, los Jovellanos parecen prestar poca atención a lo que ocurre en el mundo, y su liderazgo está compuesto por gente mayor y lenta a la hora de actuar.
-La Casa de Medinaceli se encuentra en calma inicialmente, pero en la sombra se cuece un conflicto importante. Aunque el Rey es oficialmente el líder del Reino y de la Casa, lo cierto es que es su tío el Duque de Medinaceli el que gobierna en realidad tirando de sus hilos, aprovechando su pasión y juventud para mantener el poder. Esto es lo que lleva a la convocatoria del Torneo Real, por un lado el Duque intentando controlar los intereses expansionistas de los Cruilles y por otro el Rey dando su último gran acto que inevitablemente le llevará a aprender de política y darse cuenta de su posición.

Por todo ello, las Casas en este periodo están a la espera de lo que está por venir. Es el primer libro al fin y al cabo, de modo que funciona a la hora de introducir a los personajes y la Casa, que aprendan el mundo que les rodea y se introduzcan aquellos personajes que van a ser centrales en sus tramas, especialmente las Casas del Condado al que pertenezcan. La idea es dejar que los jugadores, en este periodo que no tiene grandes eventos, anden a sus anchas, familiarizándose con la sandbox tal y como era, antes de que esta empiece a sacudirse de un lado a otro.

La Iglesia, por su lado, se encuentra dividida en materia de Fe. Por un lado, las órdenes monásticas tradicionales controlan la riqueza y la influencia política, pero al mismo tiempo están surgiendo las nuevas órdenes mendicantes que ponen en jaque toda la doctrina de la fe. Este juego en torno a la doctrina de la fe es lo que lleva al crecimiento en poder como fuerza política de la Inquisición, en manos del Arzobispo de Burgos: Guzmán de Alba.

Y lo hará tan pronto llegue el Torneo Real. En este, los primeros movimientos de lo que va a ocurrir se producen en la sombra de las reuniones entre los Duques y los poderosos, en lo alto de las festividades. La Casa de Cruilles empieza aquí sus movimientos en torno a la toma de poder y creación de alianzas en contra de los Alarcón, para lo cual sacrifican a una de sus Casas (los Castelldefells, del Condado de Huesca) para crear una situación propicia para sus intereses. La Casa de Alba por su lado intentará controlar el conflicto en el Condado de Medina-Sidonia nombrando un Guardián del Sur para controlar los eventos, pero la brutalidad y crueldad de este rápidamente hará que ese conflicto escale. El resultado es que, para cuando el Rey debe dar el discurso de la cena, tanto él como el Duque de Medinaceli saben que el Reino se encamina hacia un choque muy fuerte entre las otras tres Casas, un choque que bien puede ser aprovechado por el Sultanato de Marrakech y el Reino de Francia en sus propios intereses, de modo que en secreto envían una delegación a Portugal para intentar forjar una alianza con el reino vecino.

Como se ve, en resumen, el primer libro es tranquilo. 

Libro II: La espada silva al salir de su vaina (otoño e invierno de 1293)
Tras el torneo, los planes de muchos se ponen en marcha, con nuevas alianzas y pactos. Durante estos meses, el primer hecho que será notable para muchos que presten atención es cómo diversas Casas marquesales van a ir desapareciendo o siendo debilitadas por el crecimiento de poder de los Condes, en lo que es el comienzo del intento de la nobleza rural por concentrar poder con el que oponerse al Rey. 

El Rey, de hecho, irá lentamente aprendiendo el funcionamiento de su propia Corte. En el camino, junto con nuevos y jóvenes amigos de la Corte, se va dando cada vez más cuenta de que en realidad su vida es una sombra de la de su tío, que lo maneja como un peón. Aunque aún no tiene el valor y la seguridad en si mismo como para sacudirse las cadenas, empezará lentamente a mover la Corte de Toledo para asegurarse un grupo de caballeros afines que le permitan romper esas cadenas, para lo cual usará los conflictos en el resto del Reino como motivo de prueba para ir seleccionando a quienes puedan serle partidarios en vez de a su tío. El Duque, ocupado por esos conflictos y tratar de buscar soluciones a los mismos, subestimará a su sobrino y será incapaz de ver estos movimientos que se producen suavemente ante sus ojos.

En sus Condados, sin embargo, los conflictos crecen, especialmente en el Condado de Salamanca donde el Conde va subiendo la presión a la que somete a la Casa de Espinosa. En sus manejos y juegos, el Conde se ha hecho antes del Torneo con el control de una de las Casas Marquesales del Condado a través de un matrimonio, anexionándosela a la suya, y culpa a la Casa de Espinosa de ello. Este pretexto y sus movimientos políticos llevan a que sus Casas sean convocadas a levas para ir a la guerra contra los Espinosa y destruir esa Casa que, en invierno del año siguiente, será dividida entre numerosas otras, de modo que el Conde de Salamanca se vuelve una fuerza de enorme poder en el Ducado y en el Reino, habiendo sido el primero en centralizar exitosamente sus tierras.

Los problemas fuera del Ducado de Medinaceli son muy reales también. Con el paso de los meses, la tensión en el Condado de Medina-Sidonia irá creciendo por la presión del Guardián del Sur y los actos de la Casa de Vallehermoso. El resultado de ello es que esta Casa pierde a varios de sus Señores seguidos pero consigue que el Duque de Alba convoque unas Cortes para dirimir el conflicto en la ciudad de Cádiz. Sin embargo, para cuando vayan a ser las Cortes, el conflicto ya se ha tornado completamente sangriento, después de que la boda del Guardián del Sur sea un baño de sangre en el cual mueren muchos caballeros incluído el Guardián y el tercer señor de la Casa de Vallehermoso. Así que para cuando el Duque llega a Cádiz para las Cortes, la capital del Condado (Málaga) ya ha caído en manos de la Casa de Ugarte y el Duque es a ellos a los que les entrega el Condado, a la par que disuelve a la Casa de Vallehermoso que ha perdido sus tierras a manos de la Casa de Osorio.

Al norte, los Cruilles le quitan su título a la Casa de Castelldefells, que se niega a renunciar al mismo. Siguiendo sus planes, el Duque de Cruilles solicita al Cardenal de Barcelona (Alarcón) que interceda y solucione el conflicto pacíficamente, mientras planea su asesinato en el viaje al Condado de Huesca. Este asesinato enfurecería al Duque de Alarcón (hermano del Cardenal), lo cual iniciaría una guerra ducal que el Cruilles se encuentra seguro de poder ganar. Sin embargo, el asesinato se ve frustrado por la Casa de la Vega, y la llegada de la peste negra a Barcelona debilita más a la Casa de Cruilles, dañando los planes del Duque para anexionarse parte de las tierras Alarcón. La Casa Casteldefells finalmente desaparece, un peón sacrificado para una jugada que nunca llega a tener lugar. Pero el Duque no ceja en sus planes y ordena a todas sus Casas que se preparen para ir a la guerra tan pronto se produzca el deshielo del invierno, aunque aún no tenga razón que legitime el conflicto al no haberse producido invasión Alarcón debido a que el asesinato es frustrado.

Sin embargo, hacia el final del segundo libro, es la propia Casa de la Vega la que da un giro en la situación. Tras pactar con el hijo del Duque de Alarcón que les concedería el Condado de Pamplona si iniciaba la guerra contra los Cruilles, que los Alarcón confían en ganar ahora que la peste ha arrasado esas tierras, los de la Vega comienzan un intrincado plan para fingir que los Cruilles están mandando caballeros que actúan como bandidos a sus tierras. Y este movimiento es el que abre las puertas a la guerra ducal.

Los Jovellanos por su lado lentamente rompen su aislacionismo en respuesta a los movimientos que se están produciendo en torno a la Corte del Rey. Se dan cuenta de que el Rey lentamente está escapando del control de su tío, y quieren estar ahí para incentivarle y darle el apoyo que necesita. Sin embargo, buena parte de sus movimientos son sutiles y lentos, en la medida en que no son dados a lanzarse a la aventura y arriesgar su posición en un momento en que tantos tronos se encuentran en entredicho. 

Y la Casa de Alba ve como cada vez más de sus caballeros solicitan que se convoque una nueva Cruzada que les lleve a cruzar los mares. La alternativa sería lanzarse hacia el norte y reiniciar la Guerra de los Arados contra los Cruilles por el control del Condado de Olivares, en especial después de que la Orden del Temple haya sido disuelta en Francia por orden del rey y con apoyo papal. Aunque el Rey de Hyspania parece poco inclinado a entregar a los templarios y disolverlos, pues bastantes conflictos hay ya en el Reino, la existencia de todos esos conflictos bien puede servir para asegurar que el Rey no defenderá a los Olivares como había prometido, de modo que una segunda Guerra de los Arados se vuelve una posibilidad muy real.

Por tanto, el segundo libro es un libro de conflictos, choques y derrotas. Muchas de las pequeñas fuerzas de los Marquesados son usados como peones en los conflictos más grandes que se van fraguando, hasta el punto de que varias Casas son aplastadas por completo. Es un libro en que un error en la Corte o una buena jugada puede encumbrar a las Casas o condenarlas, debido a que la más baja nobleza es la que más fuerte va a sentir los conflictos en torno a la centralización tanto la exitosa (Pamplona) como la fallida (Málaga). 

Libro III: Baño de sangre (primavera y verano de 1294)
El movimiento de la Casa de la Vega hace que esta invada el Condado de Zaragoza, vasallo del Duque de Cruilles. Al hacerlo, se lanzan a una guerra imposible de vencer, sacrificando a su ejército en contra del de todas las Casas del Condado de Zaragoza. Pero esta derrota está en sus planes, de modo que regresan con "pruebas" de que todo ha sido una traición por parte de su Conde, de modo que en diversas jugadas, el hijo del Duque de Alarcón les confiere el control del Condado de Pamplona... al fin y al cabo, ya tiene la guerra que quiere. Porque, aunque no la inicien los Alarcón, la Casa de Cruilles con esta invasión finalmente tiene la excusa para solicitar el casus belli a la Iglesia y marchar contra los Alarcón para vengar la afrenta sufrida por una de sus Casas.

Mientras tanto, en Toledo el Rey finalmente tiene la fuerza y, en un movimiento sorpresa para muchos de los que no tengan oídos muy fuertes en la Corte, manda apresar a su tío. Con el apoyo de sus caballeros leales y varios de los caballeros importantes de la Casa de Jovellanos, el Duque es encerrado y juzgado y, aunque intentan rescatarlo sus fieles, es finalmente ejecutado por traición. Por primera vez, el Rey se puede ceñir la corona de verdad sobre su cabeza, con una seguridad mayor a partir de que se confirma que la alianza con Portugal es una realidad que se forjará por medio del matrimonio entre el Rey de Hyspania y la hija mayor del Rey de Portugal. 

El conflicto en el norte sin embargo da un giro inesperado al filo de la primavera, cuando los Cruilles se encuentran cercanos a preparar el asalto contra los Alarcón. Para vengar el asesinato de su primo, la Señora de la Casa de Castelldragó mueve sus ejércitos en secreto y, con la alianza de la Casa de Fadrique, invade a la Casa de Valero, destruyéndola en la batalla. Pero eso divide y fracciona al Condado de Zaragoza, justo la primera línea de batalla contra los Alarcón debido a que es el Condado de la frontera. Así que mientras los de la Vega van afianzando su control sobre el Condado de Pamplona, los Cruilles se dividen en una inesperada guerra intestina. Agravada después de que se abra un tribunal inquisitorial para juzgar a la Casa Fadrique por herejía, debido a que siguen un modelo de cristianismo mucho más antiguo que el dogma oficial actual.

Esto, junto a los movimientos de la Inquisición desde el año anterior, llevan también al reconocimiento de poder de la misma y se comienzan a instaurar tribunales para garantizar que se produce la conversión de los árabes en territorios conquistados (Granada en especial) y poco después se fuerza a la conversión a los judíos o a abandonar el Reino. 

El resultado es que los Alarcón acaban aprovechando la debilidad de sus vecinos para lanzar sus tropas al ataque. Convocan a sus levas y, aprovechando que el Condado de Pamplona ya las tenía convocadas, lanzan a estas a asediar Zaragoza. En respuesta el Duque de Cruilles convoca a sus tropas a Barcelona para organizar la respuesta y organiza el asesinato del Cardenal Alarcon para evitar que este pueda darle el casus belli a su hermano; sin embargo, Dioniosio de Vallehermoso a última hora se deja llevar por la piedad y en vez de asesinarlo, le cuenta todo lo que querían los Cruilles que pasase. En respuesta, el Cardenal se lleva a Dionisio y a Jimena de Vallehermoso a Toledo como testigos de que la guerra es justa y comienzan poderosas intrigas en la Corte de Toledo.

Así que cuando se produce el choque de Casa Ducal contra Casa Ducal, las repercusiones se ven por todo el reino a medida que los distintos ejércitos chocan y las Casas son conquistadas. Mientras la Casa de Jovellanos viola su alianza con los Alarcón al quedarse al margen de la guerra, la Casa de Alba no se queda de brazos cruzados. En el campo de batalla, los Cruilles derrotan a los Alarcón en una batalla central, gracias a un arma secreta que nadie conocía: cinco cañones traídos de Italia. Aprovechando la debilidad de los caballeros al norte, enfrascados en la guerra entre Alarcón y Cruilles, los Alba invaden el sur de las tierras Alarcón y el Condado de Olivares, lanzándose a la conquista de las tierras del norte. Esta invasión es la que le da el nombre a este periodo de la Guerra de los Tres Duques. Los Alarcón deben abandonar tierras Cruilles y marchar hacia sus tierras a defenderse de los Alba, al igual que los Cruilles deben marchar a defender Barcelona.

Sin embargo, sorpresivamente, el ejército del Rey de Portugal llega a Toledo para honrar el pacto de matrimonio secreto. Los miembros del Consejo Real pertenecientes a las Casas en guerra son detenidos y los ejércitos Medinaceli/portugués y Jovellanos se ponen en marcha, rodeando en pinza a los ejércitos Alba y Alarcón. Mientras, la flota portuguesa rodea la Península camino de Barcelona, lo cual obliga a los Cruilles a retirarse de su enfrentamiento con los Alba y protegerse tras las murallas de la ciudad. En su enfrentamiento en castilla, los Alarcón vencen a los Alba y los obligan a retirarse en dirección a las tropas del Rey, mientras ellos se retiran a resguardarse en Burgos. Las tropas reales finalmente derrotan de nuevo a los Alba y los pocos que sobreviven huyen hacia Córdoba, mientras las tropas reales marchan hacia Barcelona. Los Jovellanos asedian Burgos con el grueso de sus tropas mientras una parte se separa y se reune con las tropas del Rey y la flota portuguesa para la toma de Barcelona. A mediados de julio, tanto Burgos como Barcelona caen ante los asaltantes y el Rey anuncia la disolución de las Casas Alarcón y Cruilles y el enorme debilitamiento de la Alba, a la par que una reorganización del Reino. Y, con ello, termina la Guerra de los Tres Duques.

Habiendo sido arrasadas sus tierras por la Casa de Alba, el Rey finalmente dejará caer a la Orden del Temple, que se verá disuelta también en Hyspania. Muchas de sus posesiones y caballeros pasarán a integrarse en otras órdenes del Reino, como los Caballeros de Santiago o la Orden de Calatrava. Esto, junto a los movimientos de la Inquisición desde el año anterior, llevan también al reconocimiento de poder de la misma y se comienzan a instaurar tribunales para garantizar que se ha producido la conversión de los árabes en territorios conquistados (Granada en especial) a la vez que se fuerza a la conversión a los judíos o a abandonar el Reino. 

Por todo ello, el tercer libro es un libro de guerra. Numerosas Casas de todos los niveles van a quedar arrasadas en los conflictos ducales, a medida que las grandes fuerzas de destrucción que son los ejércitos medievales se enfrentan entre si. Pero la Corte es igual de importante, porque en un entorno de conflictos y choques, son las alianzas las que pueden garantizar que una Casa sobreviva o sea destruida en la tormenta.

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El cuarto libro está aún por jugarse, de modo que todo lo aquí descrito es orientativo.

Libro IV: Una corona bajo el Sol (mediados de verano a invierno de 1294)

El cuarto libro se centra en la centralización real, en el proceso de la pérdida de poder de los terratenientes agrarios y la nobleza rural. Es el resultado de que la Casa Real sea la victoriosa en la Guerra de los Tres Duques, con todo el Reino en ruinas y devastado por el conflicto poco queda capaz de enfrentarse al Rey y sus allegados. El resultado es que numerosas Casas pierden sus tierras y títulos, pasando a ser englobadas en otras Casas que se quedan sus territorios. A mayores, los campesinos comienzan a dar señales de malestar tras una tremenda guerra y las señales de que campos desatendidos por la guerra van a llevar a una inevitable hambruna.

Esto todo se hace bajo la sombra de la amenaza del norte: aprovechando la debilidad que trae una guerra intestina, Francia se prepara para invadir Hyspania. En otoño, sus ejércitos cruzarán los Pirineos y se harán con el control del norte de Hyspania, unas tierras agotadas tras un año de guerras y sangre. Cuando el invierno cae, nadie puede movilizar un ejército para defender el norte, que pasa a ser el Condado de Bourdeaux, vasallo de la Corona de Francia.

La idea de este libro es el choque en torno a quienes sobreviven y quienes medran a raíz del conflicto de la primera mitad del año; y, consecuentemente, quienes se ven desposeídos, derrotados y abandonados por estar en el lado equivocado del conflicto. Es un momento de grandes oportunidades para el crecimiento de las Casas que hayan logrado sobrevivir que, si han sabido moverse bien en la guerra pueden aprovechar este periodo para manejar las Cortes y las alianzas y anexionarse las tierras de aquellas Casas que han sido incapaces de hacer lo mismo. Pero también es probable que sea un periodo en que los jugadores deban lidiar con haber perdido su Casa y títulos (especialmente en las Casas que hayan luchado por sus Duques) y deban reorientar sus vidas bien como nobleza errante o tratando de ganarse el sustento al servicio de nuevos señores y con nuevas lealtades. 

Libro V: ¡Santiago y cierra Hyspania! (primavera y verano de 1295)

El libro quinto es el que se centra en el choque y el surgimiento del gran Reino de Hyspania, camino de convertirse en la gran potencia que será en el futuro. Es al comienzo del mismo cuando zarpan las tres caravelas que eventualmente descubrirán las Américas y cuando el Rey de Hyspania convoca a sus ejércitos para enfrentarse al Rey de Francia por el control del norte de la península.

Este es el primer choque de Reyes en lo que es el comienzo del Renacimiento a todos los efectos. Mientras el Rey de Francia lucha con el Rey de Hyspania en el norte de la Península, invadirá también el norte de Italia, tomando control de Milán. 

Viendo que la guerra en Hyspania marcha a favor de los castellanos, los reinos italianos divididos (y en especial el Papado) solicitarán la entrada de Hyspania en Italia, extendiéndose la guerra allí para tiempos del final de la primavera. 

La idea del libro quinto es el comienzo del fin de la baja nobleza hyspana a medida que se ven finalmente asimilados dentro de los crecientes ejércitos profesionales que usará la Corona para luchar las guerras por venir y que llevarán a las Casas a guerrear y politiquear por todo el Mediterráneo.

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