Lucas de Vallehermoso, Señor de su Casa, es ejecutado públicamente por traición, conspiración y alzarse en armas contra su Señor. Con las pruebas aportadas más la confesión de Lucas tras semanas de tortura (el método legítimo para obtener una confesión, como indica la doctrina del Santo Oficio), la sentencia es clara. Por ello, el Guardián del Sur le condena a ser ejecutado, y cumple, por descuartizamiento en la plaza mayor de Málaga. Sus últimas palabras, gritadas a pleno pulmón, son "la sangre con sangre se paga".
Su cabeza es entregada a sus hijos, presentes durante la ejecución; el torso es enviado al Duque de Alba; el brazo derecho a la Casa de Escudero y el izquierdo a la Casa de Ugarte; y, finalmente, la pierna derecha a la Casa de Osorio y la izquierda a la de Triana. Todas las Casas, salvo la Vallehermoso, reciben ordenes de exponer el fragmento que han recibido públicamente durante al menos un mes, y aunque los hijos del Señor de Vallehermoso solicitan que le devuelvan los restos de su padre para darles cristiana sepultura, el Guardián del Sur se niega.
Su cabeza es entregada a sus hijos, presentes durante la ejecución; el torso es enviado al Duque de Alba; el brazo derecho a la Casa de Escudero y el izquierdo a la Casa de Ugarte; y, finalmente, la pierna derecha a la Casa de Osorio y la izquierda a la de Triana. Todas las Casas, salvo la Vallehermoso, reciben ordenes de exponer el fragmento que han recibido públicamente durante al menos un mes, y aunque los hijos del Señor de Vallehermoso solicitan que le devuelvan los restos de su padre para darles cristiana sepultura, el Guardián del Sur se niega.
El resultado de ello es que Heriberto de Vallehermoso, segunda mejor lanza del reino en el último torneo real, pasa a ser Señor de la Casa de los Vallehermoso.
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