sábado, 9 de marzo de 2013

La Vestimenta

Los habitantes de Hyspania siguen una moda un poco rudimentaria para nuestros gustos, Majestad, así que es importante destacar que todas las ropas tienden a ser ligeramente más rústicas que las que se hayan de moda en París. Dicho esto, la moda varía mucho en base a las regiones y las clases sociales, pero la iré ilustrando paso a paso.

Los nobles suelen llevar camisas de buenas telas pero con escasos adornos, cerradas en el cuello con cordones. Sus pantalones suelen ser de cuero recio y resistente, y van acompañados de botas resistentes. Otra vestimenta habitual consiste en unas mallas para las piernas, cubiertas por un largo abrigo que llega hasta casi las rodillas. Las armaduras no se suelen llevar puestas, salvo que uno se encuentre en lugares donde espera combate, y todos ellos suelen portar sus espadas. Es habitual que sobre la ropa o la armadura lleven sobrevestas, que son telas finas que muestran los colores y el escudo de la Casa a la que pertenecen. Usan también distintos complementos: en situaciones formales, por ejemplo, suelen llevar amplios collares en torno a los hombros, bajo el sol usan sombreros de alas anchas, y a menudo llevan brazaletes. Normalmente, el pelo lo llevan suelto y largo, o cortado, siendo comunes los estilos de "paje" o "bacenilla" entre los jóvenes. Actualmente, la barba recortada y el bigote están de moda, aunque muchos no llevan ninguna.

Las damas suelen llevar vestidos, ceñidos en el torso al apretar las cintas de la espalda de los mismos, todas con colores vivos y vistosos. Las damas mayores o más recatadas no llevan escote sino cuellos altos, mientras que las más jovenes y descocadas si llevan escotes en triángulo o cuadrado. Las faldas son largas y de vuelo, y constar normalmente de entre dos y tres capas de tela una tras la otra. A menudo, estos vestidos son de sedas traídas de oriente, y están adornados con bordados y encajes decorativos. Suelen llevar además numerosos complementos, como collares de diferentes materiales, anillos en sus dedos, pendientes largos, brazaletes, parasoles o sombreros de diversos estilos. En muchas ocasiones, usan almizcles y otros ungüentos para maquillarse y resultar más atractivas. El pelo lo suelen tener largo, recogido en complicados moños, elaborados tocados, o largas trenzas.

Los hombres del clero siguen la moda vaticana. Los monjes llevan túnicas amplias de los pies a los tobillos, recogidas con un cinturón de cuero, tela o cuerda. Estas túnicas son del color apropiado para la orden del monje, y sobre ellas va colocada un abrigo también del color correspondiente, para los días de mayor frío. Se suelen calzar con sandalias. Suelen llevar todos cruces al cuello, y el material de las mismas suele ser representativo de la riqueza de la orden y de la posición del monje. El pelo suelen llevarlo tonsurado. Los curas de mayor posición cambian los colores de sus órdenes por los de su cargo. Así, los obispos visten de violeta, con un copete del mismo color en la cabeza. Los cardenales, por su parte, visten de rojo, y llevan pequeñas tiaras en la cabeza o copetes del mismo color en las situaciones formales. Se sabe, sin embargo, de algunos obispos y cardenales que no llevan las ropas esperadas, sino que visten con otros colores. Al igual que las damas, a menudo los altos cargos de la Iglesia usan seda en su ropa. Normalmente, pocos hombres del clero llevan bello facial.

Las monjas suelen vestir de negro y blanco en su mayoría. Como sus equivalentes masculinos, llevan largas túnicas que van desde el cuello hasta los tobillos. Se cubren las cabezas con cofias blancas, que rodean toda la cara y el cuello, sobre las que suelen llevar una capa más en negro.

Finalmente, los campesinos visten con ropas bastas, normalmente hechos por ellos mismos. Los varones suelen llevar polainas y camisas amplias. Sus pies los calzan con aquello que pueden conseguirse, normalmente sandalias o zapatos. Y se cubren la cabeza con sombreros de distinto tipo según el sol de la zona. En domingos y festivos, suelen sacar sus mejores galas, y es ahí donde sale a la luz la belleza de los atuendos regionales, mucho más ricos que sus ropas de diario. Suelen llevar el pelo sin arreglar en exceso, y barba.

Las campesinas, por su parte, suelen vestir con camisas amplias con escotes, y faldas largas de distintas telas. Se calzan de modo similar a los varones, y raramente portan más complementos que, como mucho, pequeñas cruces de madera o alguna herencia familiar. El pelo lo suelen llevar recogido en moños sencillos o otros arreglos rápidos. Al igual que sus maridos, no pueden pagarse tintes, con lo que sus ropas lucen con los colores naturales de las telas de las que están hechas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario