viernes, 22 de junio de 2012

Castillos: Cruilles

Los castillos Cruilles son una rareza en Hyspania. Allá donde todos los castillos simbolizan el poder de la nobleza rural, y suelen encontrarse en descampados y llanuras, o montañas y otros lugares bien defendibles, los Cruilles construyen sus castillos adyacentes o incluso dentro de sus ciudades. Por ello, comparado con el resto de castillos de las otras Casas, los suyos tienden a ser más pequeños y funcionales, pensados como parte central de la defensa de la ciudad y no únicamente como centros de defensa en si mismos.

Así, normalmente la muralla de los castillos Cruilles es una parte de la muralla de la ciudad, de modo que tienen formas muy variables. Los castillos no suelen contar con entradas desde el exterior ni fosos, sino que normalmente poseen una única entrada con rastrillo que da directamente a la ciudad, normalmente a sus mejores barrios que son los adyacentes al castillo. Cuando se da el caso, normalmente se encuentran colocados en los extremos de la ciudad que dan al mar, de modo que puedan proteger el puerto en caso de incursiones piratas o de enemigos o competidores.

Una vez dentro, los patios de los castillos Cruilles son pequeños, normalmente una simple explanada para que las tropas entrenen cuando puedan y una armería. El resto de edificios que muchos otros castillos tienen en su interior, los Cruilles los tienen en la ciudad, y no tienen ningún problema en acudir a sus burgos a visitarlos. Si suelen poseer graneros para almacenar alimentos en caso de asedio, pero suelen encontrarse bajo tierra en el patio, y no suelen ser muy grandes.

El castillo en sí suele ser esplendoroso. Con sus paredes sólidas, poseen ventanas amplias lo cual es una rareza en Hyspania, y sus torres son altas y elegantes. Dentro entra mucha luz, y no son raros los salones que tienen puertas al exterior, que normalmente de día se dejan abiertas para que entre más luz. Los salones en si son numerosos y muy lujosos, con muebles caros de madera tallada, tapices en las paredes, y un invento musulmán que se está poniendo de moda por la Cristiandad: alfombras. También cuentan con otra novedad, salas dedicadas al trabajo y a guardar la información sobre sus inversiones y recibir a los mercaderes, que ellos llaman despachos.

El castillo más famoso de los Cruilles es el Castillo de San Jordi, que vigila la bahía de Barcelona. Es el castillo de la propia familia Cruilles, y a menudo es tomado como la referencia de arquitectura de la Casa, y por ello comparte muchos elementos con los anteriores. Sus murallas se alzan justo sobre el puerto de la ciudad, por encima de las dársenas dedicadas a los barcos militares de la Casa. En ellas, con sus almenas cuadriculadas, ondean numerosas banderas de la Casa Cruilles, así como de sus caballeros principales.

Una vez que cruzamos la entrada principal llegamos al patio, cuyo tamaño es bastante pequeño y parece encontrarse amenazado entre las murallas y el propio castillo. Siempre hay carromatos con enseres y soldados en él. En la pared este, contra la muralla, se encuentra la armería (siempre bien provista) y la escalera que desciende hasta el almacén subterráneo. Siempre hay trasiego por estas puertas, pues a menudo los chambelanes de la Casa comercian con los bienes almacenados, comprando y vendiendo para asegurarse que se mantienen frescos.

El propio castillo en sí se encuentra al sur del patio, frente a la entrada, y ha pasado por numerosas reformas con los años. Así, es posible encontrar una base muy antigua, algunos dicen que romana, y por encima elementos románicos e incluso el ala este ha sido reformada con arquitectura gótica. Por ello, la torre este es la más alta de las cuatro que posee el castillo, y aunque no es tan alta como las torres de una catedral (al fin y al cabo, es militar y por ello mucho más resistente) se la considera la torre más alta de cualquier castillo de Hyspania.

El interior del castillo se divide en tres alas que hacen un castillo en forma de "T". El ala oeste es la dedicada a los sirvientes, y la nobleza raramente entra en ella. Cocinas, salas donde limpiar la ropa, y demás se aglomeran aquí y es la zona menos visible del castillo (nótese que no hay dormitorios, los sirvientes tienen sus casas en la propia Barcelona). El ala este es la más reciente, y en ella se encuentran la mayor parte de los salones que se usan para recibir invitados, así como los despachos y el resto de salas de uso por parte de la nobleza. Finalmente, el ala sur, es la dedicada a los dormitorios tanto de los miembros de la Casa como de sus frecuentes invitados, así como a los salones privados para el día a día cuando no quieren ser molestados. Tanto desde el ala este como desde el ala sur es posible acceder al jardín trasero, donde se pueden encontrar numerosos lugares de solaz entre la hierba incluyendo una novedada italiana como es el laberinto de setos.

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