viernes, 4 de mayo de 2012

La Familia Para los Jovellanos

La mayoría de las familias nobiliarias de Hyspania ven la familia con cierta distancia: los matrimonios son cuestión de política, los hijos son educados por matronas y profesores de esgrima, etc. Por ello, los lazos afectivos son más bien escasos y débiles y no se le presta gran importancia a la familia, importando más cuestiones como las apariencias, el honor, el deber, o la Casa.

Sin embargo, los Jovellanos son diferentes en esto, y valoran enormemente la familia. Aunque los matrimonios siguen siendo una cuestión de política, se esfuerzan por construir vínculos con sus parejas que aunque no sean necesariamente de amor, si sean más que un simple trato y conocimiento mutuo. Así, por ejemplo, es habitual las comidas en familia, a las que normalmente se invita únicamente a los miembros de la misma.

Esto ha llevado a la práctica habitual en las reuniones de los Jovellanos de la existencia de dos ámbitos, el familiar y el externo. Usando el mismo ejemplo de las comidas, lo habitual es que en un salón coma la familia, mientras en uno adyacente comen los miembros nobles a los que normalmente se honraría con la presencia en la mesa normal, las damas de compañía, etc. Mucha gente, poco habituada a las costumbres Jovellanos, se toma este tipo de separaciones como un insulto, pero para los Jovellanos comer en la sala adyacente es todo el honor que pueden hacer a un miembro que no es de la familia.

Por tanto, en todo lo que respecta a la política en los feudos Jovellanos, se establecen dos niveles: el familiar y el público. No sólo el Señor tiene una familia que cuente, por supuesto, sino que a menudo los propios caballeros, o los hijos casados, establecen sus propios círculos familiares donde contar historias y establecer vínculos. Es lo normal, al menos para ellos.

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