lunes, 2 de abril de 2012

Castillos: Jovellanos

Los castillos de la Casa Jovellanos son los más antiguos y poderosos de Hyspania y son considerados por la mayor parte de los maestros arquitectos como los ejemplos a seguir para alcanzar una fortaleza inexpugnable.

La mayor parte se encuentran situados en altos montañosos con pasos angostos para alcanzarlos. A su alrededor se cortan todos los árboles, de modo que se pueda vigilar sin problemas la zona circundante desde sus murallas. Desde sus posiciones estratégicas, normalmente vigilan todo el feudo desde una respetable distancia, y suelen por ello contar con numerosas instalaciones en su interior debido a la relativa lejanía de las villas: herreros, una capilla, establos y barracones son los edificios más habituales. Todos estos edificios suelen contar con unos amplios soportales techados frente a ellos, que resguardan a la gente de las frecuentes lluvias de estas tierras.

Arquitectónicamente, los castillos son clásicos, con murallas que buscan ser cuadradas con una torre en cada esquina y una única entrada fortificada. Construidos con la buena piedra de la zona, sus murallas son gruesas y las almenas son cuadradas y altas. Normalmente, la puerta fortificada cuenta con un rastrillo de hierro o madera, pero no suele contar con puente levadizo porque es raro que estos castillos tengan fosos debido a lo complicado que es cavar el suelo en el que se asientan.

El edificio principal, en el centro del patio, suele ser otra fortaleza en si mismo. Las paredes exteriores son igualmente gruesas y se encuentran salpicadas de ventanas muy estrechas que se pueden usar como troneras para disparar flechas con seguridad. El interior está compuesto por pasillos igualmente estrechos de modo que los atacantes tengan que entrar de uno en uno o dos como mucho, facilitando la defensa de los mismos por parte de pocos hombres. Los salones y salas suelen ser más pequeños que en castillos más modernos, ocupados normalmente por los muebles necesarios y pocas decoraciones, dando unas habitaciones bastante austeras incluso en las Casas donde hay riqueza de sobra. Los hogares son de piedra, y suelen calentar las plantas que compone el edificio central (normalmente dos).

Finalmente, sobre el edificio principal se eleva la quinta torre, la torre del homenaje. Esta suele contar con dos plantas más que el resto del edificio principal, sobresaliendo por encima de las demás torres. Su función más habitual es servir como los aposentos del Señor y su familia, junto con sus salones privados. Es muy habitual que en los tiempos lluviosos, la familia se reúna en estos salones para pasar el tiempo contando historias y jugando, en lugar de descender al resto del castillo que se suele dejar para que se guarnezcan de la lluvia los caballeros dignos de ello.

El castillo más célebre de todos es la Guarida do Falcón, el castillo de referencia en Hyspania desde que los romanos pusieron sus cimientos. Vigilando el Paso Sur del Macizo Galaico, fue usado como defensa contra las tribus celtas todavía sin pacificar durante muchos años. Desde entonces, ha visto reforma sobre reforma, ampliando sus posiciones defensivas e introduciendo las novedades que se iban inventando.

Se alza en un pico escarpado, sobre un barranco que permite vigilar el paso desde la altura. Sus murallas de piedra gris oscura, casi negra, se alzan diez metros sobre el nivel de los cimientos, y las torres otros cinco metros por encima de ello. Sus almenas cuadradas recorren una muralla que, aunque busca ser lo más cuadrada posible, acaba teniendo cinco lados debido a la configuración del terreno. Son piedras pesadas y grandes, de bordes redondeados suaves y pulidos debido a siglos de exposición a la lluvia y al viento. El edificio principal es cuadrado, con tres plantas más otras tres para las dos torres centrales, y carece de cualquier tipo de decoración. En el patio se puede encontrar una herrería y unos barracones, igual que la Capilla de Nuestra Señora del Halcón, donde se supone que la virgen se apareció a un Pretor romano cuando comenzaba la cristianización del antiguo Imperio.

Este castillo es propiedad del Duque, aunque se encuentra fuera de sus tierras. Normalmente lo cuida la Familia Xiráldez, una Casa muy menor encargada de mantenerlo funcionando y en buen estado de reparación. Ellos habitan una de las torres, mientras que la otra es dejada para el Duque y su familia cuando vienen de visita. Es importante mencionar que en diversos puntos de la Guarida es posible encontrar nidos de halcón, sobretodo en las torres, porque está prohibido cazarlos o amaestrarlos en todo el territorio.

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